martes, 29 de julio de 2008

La playa.

Hace mucho que no camino por la playa....

Recuerdo atardeceres, amaneceres, caminando descalzo, junto alguna hermosa fémina...

O a veces solo, sin sentirme desdichado por estar solo....

El olor salobre del mar impregnado nuestros cuerpos...

La arena bajo nuestros pies, acariciándolos con suavidad...

Carcajearnos de bobadas dichas al azar sin el afán de provocar.....solo de pasar un buen rato...

¿Porque dejamos de hacer lo que algún día nos hizo sentir completos?

Pretextos sobran, excusas para no buscar la felicidad espontánea, de lo simple de la vida....

Y no solo es caminar en la playa, podría ser en cualquier lugar, aun en Mexicali, con ese calorón termonuclear....

Ir Cabizbundo, meditabajo, buscando sin buscar....

Como cuando admiraba la arquitectura y soñaba en viejos edificios coloniales, construidos por artesanos indígenas, que mas que artesanos eran unos maestros de la construcción....

Me acordé que no he ido a tomar un capuchino a Sanborn’s, con eso que ya hay en sobre....

Regreso, voy a salir a caminar.....

Robert.





2 comentarios:

Pinche Vieja dijo...

Recuerdo una vez, cuando la marea alta corría sembrando decenas de peces que brillaban a la luz de la luna...

Ah, donde más me duele: caminatas nocturnas. Yo, mi cigarro y mis ideas contra el mundo.

Aunque el capuchino suena excelente.

Besos con sabor a chocolate caliente.

Robert dijo...

Princesa:

Ah, lo mejor las caminatas nocturnas... sin que te asalten...

¿También te siente Atila, como yo, algunas veces?

Me lleve el libro de Kundera, y leí algunas paginas, saboreando el Capuchino....

Esa Sabina y Frank con su joven estudiante....

No ando tan perdido con la diferencia de edades...

Gracias por los besos, que me mandas siempre originales...

Te envío algunos, con sabor a capuchino aun.

Robert.