miércoles, 24 de septiembre de 2008

RESANAR

Ya a estas alturas todos hemos conocido al que nos dio en la madre. Por el que se nos partió el corazón. En el que creímos y nos enseñó que no es tan bueno confiar. Al que amamos como nunca volveremos a querer en la vida. Al que nos remitimos en los momentos cúspide de nuestra existencia. Al que buscamos en los ojos de otro sin encontrarlo nunca.
Ya todos estamos viciados. Ya nadie es virgen en ningún sentido. Ya vamos con fantasmas y demonios que nos sabotean a cada momento y en cada relación. Estamos a la defensiva. Ya no somos nosotros sino lo que quedó de nosotros después de aquél más lo que de aquél quedó en nosotros. Sí me explico, ¿verdad?
Entonces, a la luz de esta lógica… lo más sano sería buscar alguien que nos resane y a quien podamos resanar. Un mutuo acuerdo en el que ambos estemos conscientes de que nuestra función va a ser allanar un poco lo que tan accidentado está, nomás.
Yo, entonces, busco a alguien que me resane y a quien resanar.
Francamente hago todo mal. Si no logro entender cómo funcionan los seres humanos ‘en pareja’, me voy a morir sin saber lo que es una relación ’sana’. Un resane mutuo, pues.
Wendolin.

No hay comentarios: